Tumbes

Tumbes

viernes, 8 de junio de 2012

EL HECHICERO


EL HECHICERO

CPC Francisco Sanjinez Calderón
Consultores Auditores Calderón & Asociados SRL.

Continuando con la saga de el libro de AYN RAND el nuevo intelectual, esta vez le toca al tristemente celebre HECHICERO.
El hechicero está presente principalmente en sociedades arcaicas, aunque muchas comunidades en la actualidad todavía presentan esta figura encargada de realizar dichas tareas, especialmente en tribus o pueblos atrasados, alejados de la ciencia y el desarrollo. Es un individuo al que se le atribuye la capacidad de modificar la realidad o la percepción colectiva.  Es por esto que en momentos de crisis toda la confianza recaía en el hechicero, pudiendo llegar a alcanzar un poder ilimitado, depositándose en él todas las esperanzas de salvación. Esta fama hacía que se refuerce aun más el aplome del hechicero.  Sin embargo, todos sus éxitos podían verse empapados por el orgullo, incidentes o abusos del hechicero, lo que llevaría a la venganza de su gente, que lo acosará e incluso matarán. El ser humano al no encontrar respuestas a fenómenos que van más allá de sus percepciones sensoriales, tiende a la necesidad de crear mitos, leyendas y a la adoración de ídolos.  Si recordamos a los incas adoraron al sol y la tierra por los beneficios que ellos recibían en la producción alimentaria. Y este fenómeno se repite en todos los pueblos.
Un hechicero está motivado por la necesidad de impresionar, de engañar, de adular, de mentir, de forzar la omnipotente consciencia de otros. Ellos son su única clave a la realidad, él siente que no puede existir salvo dominando el misterioso poder de los demás y extorsionando su inexplicable consentimiento. Ellos son su único medio de percepción y, como un ciego que depende de la vista de un perro, siente que tiene que amarrarlos para poder vivir. Controlar la consciencia de otros se torna su única pasión; la ambición por el poder es un hierbajo que sólo crece en las desérticas parcelas de una mente abandonada.
Sólo tres breves períodos de la historia fueron culturalmente dominados por una filosofía de la razón: la antigua Grecia, el Renacimiento, el siglo XIX.  Estos tres períodos fueron la fuente del mayor progreso de la humanidad en todos los ámbitos de logro intelectual – y las épocas de mayor libertad política. El resto de la historia humana fue dominado por hechiceros de un tipo u otro, es decir: la creencia de que la mente del hombre es impotente, que la razón es inútil o mala, o las dos cosas, y que el hombre debe ser guiado por algún tipo de “instinto,  emoción, intuición o revelación irracional, o  por algún tipo de fe ciega e infundada”.
Todos los siglos dominados por el hechicero fueron épocas de tiranía política y esclavitud, de un régimen por la fuerza bruta – desde la barbarie primitiva de la jungla,  a los Faraones de Egipto – a los emperadores de Roma – al feudalismo del Oscurantismo y la Edad Media – a las monarquías absolutas de Europa – a las dictaduras modernas y todas sus réplicas secundarias. Como la vida es corta, es necesaria la información histórica de acontecimientos para no repetirlo.

“Cuídate del hombre desnudo que te ofrece su camisa”
Harvey Mackay